miércoles, 24 de febrero de 2010

El Arrieraje y el Comercio de Arequipa

Santos Cesario Benavente Veliz

SERIE: Historia Menuda



Resumen

El transporte hasta el siglo XIX representa la fuerza de los hombres y de los animales destinados a la carga, desde pertrechos, productos de cosecha hasta mercancía destinadas para al intercambio o comercio. El vinculo de transición se da el proceso de cambio de transporte vehicular, primero con los tranvías y trenes luego con el parque automotor.

Palabras claves: arrieraje, comercio, circuitos comerciales y movimiento comercial

Introducción

El presente trabajo intenta contribuir en la sistematización de la historia rural arequipeña, a fin de construir una teoría histórica de las comunicaciones y medios de transporte utilizados por los hombre de esta parte del Perú que dará como resultado una investigación que la denominamos “Del Arrierismo al Transporte Motorizado – Pesado”

El arrieraje en Arequipa fue una actividad importante en la dinámica económica, en el transporte y comunicación, sobre todo para la distribución de la producción en relación a la satisfacción de necesidades los hombres agrícolas o comerciales e industriales.

En tanto el transporte fue controlado por los arrieros, individuos de preparación y equipo, no fueron artesanos “comunes y corrientes y desde luego no eran sedentarios. Debido a que la arriería requería una inversión de miles de pesos en mulas y negros, sólo unos cuantos podían tener recuas propias. La mayoría trabajaron con un salario anual de 300 a 400 pesos y eran empleados de grandes mercaderes y encomenderos, que eran los principales dueños”

En cada poblado, pago o caserío no faltaron, las recuas de mulas y caballos para el tráfico comercial con los valles de la costa y región interandina de Tarapacá, Arica, Tacna, Moquegua, Arequipa, Puno, Cuzco y Potosí, es decir fue un medio integrados de los espacios locales y regionales unidos en circuitos comerciales, en tal actividad, la acción de negros, mestizos, blancos, negros, indios, mulatos.

En resumen el arrieraje cumplió un rol trascendental en la organización sobre todo mercantil, el mismo que fortalece a la comercialización regional; nos atrevemos a decir, que el arrieraje está en función directa a las mercancía comercializables y a los costos en la expansión de la economía regional “propició el desarrollo de prósperas ciudades, donde residían los mineros, terratenientes, comerciante y artesanos, quienes generaban a su vez una demanda regular, tanto de los productos nacionales como importados” .

Los propietarios no siempre fueron trajinantes, sino encomenderos, españoles o criollos; con ello podemos definirlo como el personaje encargado de arrear animales, personaje que hace viajes de un lugar a otro con recuas, algunos veces de mulas, de burros o también de llamas; estos se pueden confundir con los troperos, que son personajes encargados de comprar en los diferentes lugares y alturas animales. En espacios rurales les denomina troperos aquellos que transporte productos en circuitos cortos de las chacras a los domicilios y almacenes, depósitos o granero, es decir, el propietario, hacendado, productor contrataría a las personas que tienen un número pequeño de burros o mulas.

Los troperos fueron confundidos con los conductores de recuas de llamas, pero estos hacían el transporte distante y de liviano peso. En cambio, los anteriores se agruparon varios dueños con sus recuas o animales cargaron hasta 8 arrobas, de productos industriales y agrícolas.

Entonces las recuas podías ser de mulas, burros, llamas. Estos animales se hallaban generalmente en los valles de abundante forraje, y eran de gran demanda para el transporte, así Tacna “contando con las posibilidades de un valle fértil, se convirtió en sede de un importante gremio de arrieros de muchas consideración, en sus alrededores se podían ver pastando hasta 5,000 mulas”

Una vez construidas las carreteras medio de circulación de vehículos motorizados, fueron considerados en prioridad por las políticas de estado, en tanto las ordenanzas de destruir los caminos de herradura bien conservados, después de la construcción de carreteras por años quedaron abandonadas, los cambios fueron lentos en sus patrones culturales, fueron cambiando los animales de carga por los vehículos de transporte.

El arrierismo de Arequipa del siglo XVIII

Para Arequipa se pueden distinguir en los propietarios de recuas dos tipos:

Los que tuvieron más de una recua, generalmente encomendaros y propietarios de extensiones de tierras, de comercio que está vinculado a las aristocracias ocales y regionales. Y el otro que la conformaron algunos mestizos e indígenas tuvieron acémilas para transportar los productos de siembra o cosecha, insumos y abonos para las parcelas. Para el transporte de la leña y carbón emplearon de 1 a 4 animales de carga, es decir de acuerdo a sus posibilidades. Dentro de ellos aquellos que tuvieron a cargo pearas de llamas, en las parte altas de Arequipa.

Sin embargo, los espacios agrarios de cría de los animales para tal actividad de transporte fueron Characato, Socabaya, Huasacache, Chiguata, Yarabamba, Acequia Alta, entre otras de los valles aledaños. La utilidad del arrieraje lo resaltamos con: el transporte del sillar para la construcción y refacción de la Iglesia la hicieron a lomo de bestia desde las canteras subvencionadas por los españoles e indígenas, sin embargo los indígenas la inician y terminan. En el caso del terremoto de 1784 que destruyó totalmente el “Santuario de Characato, donde la torre, bautisterio y media naranja se vinieron al suelo, como también la casa hospedería que allí había fabricada” .

La importancia del arrieraje en la economía de esta región tiene una relación directamente proporcional a la magnitud de los intercambios mercantiles existentes, lógicamente esta a su vez con el grado de división social de trabajo la misma actividad de arriero demandó especialización para la construcción de los aparejos, riendas, colocación de herrajes a las bestias de la recua y caballos; en la satisfacción de algunas demandas, estuvieron relacionados con los talabarteros, herreros, comerciantes y ganaderos incluyendo otros oficios.

Para finales del siglo XVIII el arrieraje en Arequipa se hizo actividad de una población mayoritaria, que ningún pueblo agrícola dejó, la autoridad colonial reglamentó su organización en el Gremio de Arrieros. Nombró Juez de Arrieros encargado de solucionar problemas ocasionados entre arrieros y usuarios, quedaron nombrados a fines del siglo XVIII y primeras décadas del siglo XIX:

Manuel Talavera para Arequipa; Calistro Carvallo para Siguas; Julian Esquibel para Quilca; finalmente en el periodo de guerra a Juan Bautista Manrique, juez de arrieros para la Segunda división del Ejército; a Don José Rendón del Ejército del Alto Perú .

La acción inmediata de los jueces nombrados, para la solución de conflictos entre los arrieros les dio la opción de medias algunas veces y otras de sentencias, es decir, podemos decir el numerario creció, considerablemente como para que actúen jueces en tres y más lugares de Arequipa. Así doña Agustina Linares, vecina de Arequipa, arriera, acusó ante la autoridad a Lorenzo Torres del vecindario por intento de homicidio a su hijo ya que “salió al campo armado con su familia y allí perpetuó con él los mayores excesos de agresividad. (...) el pueblo alborotado ocurrió a traer confesor para que siquiera lo absolviera por estar ya como muerto. La sentencia por tal abuso fue el pago de una vaca y mula, gastos de curaciones y trabajo de 45 días” . Lorenzo Torres propietario o conductor de tierras en Coantaca cerca al “ojo del Milagro”, sólo por haberse entrado a su chacra una vaca y una mula, le dio una paliza y dejó mal herido al arriero Ángelo Linares.

De varios testamentos de arrieros, presentamos el siguiente apreciación: el de Petronila Valdivia vecina de Characato viuda de Isidro García arriero con el tuvieron 6 hijos de los que murieron 4 a tierna edad a efecto de las epidemias de escarlata y fiebre amarilla, declaró ser propietaria de 40 burros con sus costales (enseres de carga o caronas también denominados aparejos), 2 mulas de silla, 30 burros con sus enseres de carga a cargo de su hijo Juan García, además de 10 burros en pelo .

Doña Petronila heredó 80 burros los que conformaron dos recuas de 40 burros cada una con sus respectivas mulas de silla para el capataz de los arrieros.

Ante el Juez José Narciso de Rivera recurrió doña María Pinto esposa de Vicente de Talavera contra don Gregorio Talavera ambos arrieros, por maltratos e injurias, en la comparecencia Gregorio Talavera dijo ser sobrino de Manuel Talavera Alcalde de Arrieros el que lo mandé a sacar una mula de la casa de Vicente Talavera y éste le cobré 5 pesos que le debía Gregorio por enseres vendidos al fiado (paño de seda una vara, una docena de navajas), las respuestas fueron airadas de fuertes términos “viejo pícaro, ladrón, borracho, negrajo, facineroso por parte de María Pinto y le tiró una pedrada en la cabeza en cambio Gregorio mostró fuerzas de amabilidad. Ante el mencionado Juez se pidieron disculpas”.

Las últimas décadas del siglo XVIII, se nota una creciente práctica de la violencia, por conflictos internos entre las poblaciones de los diferentes estratos sociales, ya sean artesanos, comerciantes, profesionales, encomenderos, etc., es que la crisis económica y política se acentuó de tal forma que la población desesperada exteriorizó las frustraciones en peleas, insultos discriminatorios, conflictos con los de su entorno, los factores que tienen mayor presencia fueron las deudas, los bienes materiales distribuidos después de la muerte del jefe de familia, los incumplimientos de los tratos y contratos, la venta y consumo de licor, entre otros.

El testamentario Capitán Silvestre Delgado y Jaraba vecino de la ciudad, contrajo matrimonio con Bernarda Bedregal, con la que tuvo 4 hijos legitimo, uno murió a tierna edad, como bienes para su primer matrimonio llevó 45 mulas aparejadas y en pelo. En segundo matrimonio con María Mercedes Vizcarra del Postigo, no tuvieron hijos, declaró por sus bienes: Tienda, la inventariaron de ella se pueden mencionar artículos variados en circulación comercial; sólo por especificar, varias varas de tul, bramante, pitilla, jaraza blanca y azul, raso liso de vahos colores, medias de colores, seda, botones, bastones, sombreros de varios tipos. Declaró ser propietario de chacras en el Valle de Vitor, 29 topos en el pago de Porongoche, 10 topos en el pago Sexsex, arrendatario de una chacra en el pago de Paucarpata, una hacienda de viña en Vitor, una casa en el Barrio Matorral, una casa de calicanto en al esquina de la Plaza Mayor, Además dejé dinero como adelanto para compra de chacras en Paucarpata, Porongoche y Characato.

Silvestre Delgado y Jaraba era arriero y su esposa comerciante de todo tipo de productos desde manufacturados e industriales ocupó las esferas sociales privilegiadas y reconocidas. El mencionado arriero en el segundo matrimonio adquirió 9 burros cargadores, 5 burras mates y 5 maltonas las criaban en la chacra de Porongoche unas y otras en las lomas a cargo de Carlos Alarcón arriero pastor. Era propietario de tres recuas de mulas:

• “Una recua a cargo del Mayordomo Arriero Mariano Velarde, compuesta de 68 mulas aparejadas de reata abajo, una mula de silla, 25 mulas de remuda, 17 de silla y 2 caballos de madrina con esquilas;

• Una recua a cargo del Mayordomo Arriero Andrés Rivera de 39 mulas aparejadas de reata abajo, 8 sillas en pelo y entre estos 2 de silla, buenas y 13 mulas en pelo y entre estas 2 de silla buenas y 13 mulas de remuda y su caballo de madrino.

• Una recua a cargo del mayordomo arriero Blas de Tapia de 40 mulas de reata abajo, 8 de silla, 12 de remuda. 11 chúcaras y 2 caballos madrinos” . En el mismo testamento precisa como sus bienes un caballo zaino aguileño que costó 190 pesos, una mula parda aguileña y otra castaña.

Las tres recuas de Silvestre sumaron 147 mulas de reata abajo, 32 mulas de remuda, 6 caballos de madrina, 19 mulas de silla y 11 chucaras, en total 309 mulas y 6 caballos. En realidad un buen capital, considerando que cada mula tuvo un costo entre 200 a 350 pesos cada una, los caballos entre 150 a 400 pesos.

Deteniéndonos en el análisis del quehacer de los arrieros, el mayordomo arriero es el directo responsable de toda la recua y están a su responsabilidad y dirección de 3 a 12 arrieros. El mayordomo vendría a ser el representante del propietario de la recua, encargado de hacer cumplir los contratos de transporte, hacer contratos, dirigir a los arrieros de la recua a su cargo, de asistir a los arrieros enfermos y si alguna de las mulas enfermaron. Era conocedor de las rutas, caminos, lugares, era herrero, veterinario conocedor dc las costumbres y dolencias de las acémilas, era un maestro en resolver inconvenientes que se les presentaron y lo que es más digno de confianza del propietario de las recuas.

Los caballos madrina eran los guías de las mulas de carga, no llevaba carga, solo los alimentos para el viaje y frazadas, lo usaron esporádicamente los arrieros agotados de cansancio o de soroche. Hubo recuas que no siempre el guía un caballo, sino una mula hembra o macho, un burro, lo acostumbraron a esa función y todas las mulas obedecieron.

Las mulas de reata abajo son las de carga, el peso oscilaba de 50 a 120 kilos de carga podía llevar una mula, en las medidas tradicionales de 6 a 12 arrobas. La cantidad de peso dependió de las distancias, del medio geográfico y de la alimentación de los animales.

Las mulas de remuda generalmente eran destinadas en el viaje para relevar a otra que por cansancio o enfermedad ya no podían continuar con el transporte, generalmente eran nueva.

Las mulas chúcaras fueron aquellas acémilas nuevas sin amansar pero que las llevaron en el viaje para que se acostumbren y conozcan las rutas, es decir no llevaban carga, ni aparejos es decir en pelo. Las mulas de silla sólo las usaron los arrieros, en ellas cabalgaron los trajinantes propietarios de las mercancías en transporte también, los arrieros conocedores de las grandes distancias de Arequipa al sur, al norte, al oeste y este del territorio sur andino.

Los propietarios de recuas siempre criaron burros y caballos de sangre para hacer el cruce y tengas crías de buena raza o de buena carga (cruce del caballo con burra salió un romo y del burro con yegua las mulas).

Entre las recuas destinaron una a tres nudas para colocarles collares y jaquimones. Los collares eran aditamentos colocados en el cuello con tres o cuatro campanas o campanillas, sonaban al son del paso de las mulas, bien adornadas, servían de señal para los mismos animales. Las recuas de burros y caballos eran para tramos cortos, comparados con el de las mulas de gran resistencia, éstos tenían menos resistencia para la carga.

Los usuarios al contratar los servicios de arrieros con sus recuas, primeramente se fijaron en las referencias de buenos valores morales, como el respeto, cumplimiento, honradez, puntualidad, y un elemento importante el importe del transporte, pues cada sector o mía tuvo un costo reglamentado por el cabildo.

Quién se encargó de hacer cumplir las ordenanzas fue el Juez de arriero y los mayordomos se crían responsables encargados de las recuas o simplemente el encomendero propietario.

En el caso presentado el arriero Silvestre Delgado de Jaraba tuvo ordenado cumplir una serie de acuerdo y contratos al parecer una persona de prestigio y prestó un buen servicio vía sus arrieros.

En el período de convulsión social y rebeldía de Tupac Amaru II el Sr. General Baltazar de Sematnat lo comisionó en esta ciudad para llevar la expedición que saliera de esta ciudad a combatir a las fuerzas revolucionarías de la provincia del Collao. Como comisionado de todos los arrieros de Arequipa tuvieron, con las mulas llevar toda la tropa con sus equipajes y víveres el importe ascendió a varios miles de pesos y la Caja Real quedó restando más de 28000 pesos a los arrieros quienes dieron sus recuas para transporte y a otros las indemnizaciones de los arrieros muertos y de las mulas no les pagaron.

En una de las cláusulas del testamento de Silvestre Delgado y Jaraba tenía dicho los arrieros, que sirvieron a la expedición se les debe la cuenta del Rey 28000 pesos y tantas, en vista de la cuenta presentada a su Majestad es de 32,811 pesos rebajando de estos 3966 pesos que importan las mulas chúcaras, dieron cuenta a Su Majestad y estoy hecho cargo de ellas, solo quedan restando a favor de los arrieros 29,835 pesos

Con la garantía del Capitán Silvestre Delgado y Jaraba era el comisionado, muchos arrieros proporcionaron sus recuas de manera voluntaria unos y otros porque la autoridad no los acuse de traidores o rebeldes, a la vez fue una de las formas de contribuir con la autoridad española de Arequipa, así de Characato, el Alcalde de españoles entregó como donación la cantidad de 110 pesos con una relación de los aportantes entre ellos figuraron los caciques Osnayo y Caya .

De los Ministerios de la Real Hacienda, de la Caja Real las cantidades que se les deben a los arrieros por fletes y fallecimientos de las mulas que dieron para la expedición que salió a la sierra fueron sustentadas en la liquidación presentada por doña María Postigo llegó a 29,835 pesos, sin embargo, en la liquidación total del periodo de guerra a favor de los arrieros llegó a 169,286 pesos. Pero el pago lo hicieron, sólo a los reclamantes por presentar recurso legal, sin embargo, entre 1780 – 1825 periodo de guerra por la Independencia, la Real Hacienda a través de los jueces de arrieros quienes se encargaron de cancelar a los de su gremio llegaron a cobrar el flete de sus acémilas 84 arrieros sólo los que hicieron el transporte del ejército de Extremadura llegado al puerto de Quilca. La cantidad de acémilas sumaron 3 206 y un monto de 57 715.6 pesos por prestar servicios para la conducción de 2 cañones a Tambo, conducción de tropas al Alto Perú a combatir las fuerzas revolucionarias de Tupac Amaru II, conducción de mulas donadas de Tacna por los caciques, por el pago de los servicies de los jueces de arrieros, conducir el Ejército de Tacna, Quilca, Arica, Potosí, Puno, conducir correos de Tacna, Tarapacá, fletes de conducción de tropas españolas del Ejército de Extremadura al Cuzco, IIo, Mollendo, Chuquibamba, Caraveli, Anca, Omate y a Quilca, entre otras actividades que de acuerdo a las necesidades de la autoridad virreinal.

El Comercio y las rutas de distribución

Las rutas para el comercio de la producción altamente variada arequipeña, quedaron comprendidas:

La primera: partió de la Pampa de Miraflores a Chiguata, siguiendo por Chucuito, pasando por la Paz, hasta llegar a Potosí y Chuquisaca en el Alto Perú.

La Segunda: salió de Yanahuara, seguía por Cayma, Cañaguas, pasando a Puno y llegando al cuzco;

La Tercera: para la región del Collesuyo, partió de la Ranchería y seguía por Characato, Pocsi, Puquina y Omate.

La cuarta ruta: partió de Antiquilla a Challapampa, Uchumayo, Vitor e Islay . En esta ruta agregamos aquella que articularon los pueblos de la región sur hasta Tarapacá y los del norte de Arequipa.

Tales rutas de comercio a lomo de bestia para el periodo republicano, con aplicación de políticas de transporte desde el estado, la construcción de carreteras después de hacer las líneas férreas, continuaron utilizándolos los caminos de herradura, hasta la dación de ordenanzas para destruir los caminos todavía bien empedrados que vincularon Arequipa con el Alto Perú, de forma que los arrieros dejaran tal oficio a fin de fomentar el transporte con vehículos de transporte de carga y pasajeros.

Las autoridades urbanas de Arequipa, con disposiciones específicas no permitieron que los arrieros utilizaran las calles de principales ni los puentes de la ciudad. Por periodo largo hasta los cincuenta aproximadamente, utilizaron las vías hasta las 8 de la mañana y durante el día estuvieron prohibidos, por ello las zonas de ingreso como la Pampa fue ampliando con campos de alojamiento.

Sin embargo, las políticas de modernidad no aumentaron de forma que el crecimiento urbano finalmente fomentará y utilizará nuevos elementos de transporte, entre ellos los tranvías y finalmente los vehículos motorizados de transporte de pasajeros y de carga. Es decir, el Arequipa fue quedando articulada con vías de acceso con sus provincias y distrito hoy llamados tradicionales. Quedando el arrieraje reducido al transporte de carga local y como una actividad en desuso. En lugares de permanencia del arrieraje, sólo para transportar insumos y producción agraria de los campos a los almacenes a aproximarlos a los centros de acopio, o de expendio y a los medios de transporte más cercano. Por ello los agricultores cuyas parcela no están vinculadas estrechamente con las vías de transporte motorizados, utilizan las bestias de carga.

Por último, los grandes caminos utilizados en Arequipa en el periodo colonial y republicado en los tiempos contemporáneas quedan en total desuso en ciertas áreas, por la influencia de culturas modernistas del transporte, sin embargo pueblos de agricultores y pastores no vinculados con carreteras hacen uso de ellos, y para mantenerlos accesibles realizan jornadas comunales.

A modo de conclusión

A las rutas comerciales se agregan aquellas articuladoras de cada uno de los poblados, dieron una dinámica comercial de costa a la sierra y ceja de selva y viceversa pero también unieron poblados de forma horizontal y transversal. Los arrieros fomentaron una cultura de acuerdo a los sectores regionales a las que llegaron, se afirman con la distribución de mercancías y productos, establecieron relaciones de acumulación e integración en el comercio y ampliaron sus propiedades tanto rurales como urbanas, ubicaron tiendas en las salidas o entradas de las ciudades, finalmente afirmaron las relaciones de poder local y regional, pero los arrieros pequeños, fueron contratados y solicitados sólo para cubrir la demanda local.

BIBLIOGRAFÍA.

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ARCHIVO REGIONAL DE AREQUIPA (ARAR)

ARCHIVO MUNICIPAL DE AREQUIPA (AMA)

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ARAR. Prot. 315. Pedro Figueroa, Fs. 331 v. 17 marzo 1786

ARAR. Prot. 313. Pedro Figueroa. F. 1020 – 1025 v.

ARAR. Protocolo Nro. 313. fs. 1029 v. 15 – 11- 1784

AMA. LAC Nro. 26: 1804 – 1812. fs. 149 v. 14 enero 1809.

3 comentarios:

ELVIS dijo...

ELVIS ARIAS MAMANI
El comentario hacerca de arrierismo en la ciudad de Arequipa del siglo XVIII; dando una lectura correspondiente al articulo proporcionado hacerca de dicho tema en mencion, que fue un factor importante tanto en la economia y comercio en la region, dando asi un desarrollo en la region y podiendo dar comunicacion con otros pueblos aledaños pero no todo es felicidad en las ultimas decadas del siglo XVIII tambien puede resutgir la violencia podremos decir conflictos internos entre las poblaciones en diferentes estratos sociales los factores que influereciaron a esto era las deudas, licor, bienes materiales,las herencias entre otros. dentro de lo que podemos rescatar en este articulo es que las rutas de comercio de la produccion fue altamente variada en Arequipa y muy favorable para su progreso pero ahora podemos ver en la actulidad como esto a cambiado dando asi mejoras y desarrollo con las mejoras respectivas con la tecnologia del siglo XXI.

alejandra dijo...

es un tema del cual no sabia mucho de su historia y como habiua cambiado el transporte en arequipa, pero ese tipo de trtansporte aun es utilizado en algunos publos de arequipa alejados de la ciudad como es el caso de la parte de condesuyos, donde aún se sigue utilizando ese tipo de transporte aunque no con mucha frecuencia como comenta el articulo; solo se que los tramos que se caminaba eran demasiado largos, es increible las distancias que se recorria y hasta unos años atras tuve la oprtunidad de viajar esos enormes tramos aunque solo fura un reccorrido de 8 a 10 horas que se hizo para llegar al pueblo de Chichas guiados por un arriero el cual es incrible como se guia, como sabe cual es el camino correcto y ve4r esos caminos de erradura que son algo peligrosos, este articulo fue interesante para saber y conocer un poco mas de como se manejo el transporte hace muchos años y como empezo a cambiar por la modernidad.

alejandra dijo...

Es un artículo muy interesante, porque no sabía cómo había cambiado los tipos de transporte que se practicaron desde hace muchos años en la ciudad de Arequipa, conozco algo del tema porque tuve oportunidades de viajar al pueblo de chichas en condesuyos usando esa modalidad aunque el caminos era de 8 a 10 horas dependiendo del lugar de donde se partía, el hecho es que es sorprendente como los arrieros se pueden ubicar, como encuentran el camino; la resistencia que tienen para el trajín que implica esto, pues en el articulo nos habla sobre las características que esta actividad tenia aunque en este valle pues las bestias de carga como llaman a los caballos, las mulas no son en gran cantidad pues eso depende de la carga, y muchas veces estos animales no le pertenecen al arriero pues son alquilados. Los caminos pues si son algo peligrosos, aunque pues me comentan que años atrás las personas salían de este pueblo por el lado de camana o por el lado de chuquibamba transportando algunas cosas que ellos podían cambiar o vender dependiendo del lugar a donde giban con la finalidad de llevar otros productos a su pueblo, también llegaban personas los llamados “llameros” aunque esta palabra cause un poco de gracia estas personas llegaban con sus recuas de llamas trayendo productos al lugar para hacer trueque por otros productos.
Es bueno saber un poco más sobre algunos temas como el que habla el artículo, de esta manera ya tenemos un conocimiento y nos damos cuenta como la modernidad empieza a cambiar las cosas, las costumbres, y el modo de vida en general de las personas.

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