miércoles, 27 de enero de 2010

CONOCIMIENTO HISTORICO: CAYMA

CONOCIMIENTO HISTÓRICO: CAYMA
SANTOS CESARIO BENAVENTE VELIZ


Los datos que aproximan a una lectura entre el discurso, narrativa y objetividad de la historia, tienen resultados después de identificar las fuentes escritas y representaciones simbólicas básicamente, y del tratamiento de los datos con rigurosidad del método histórico y hermenéutico. La investigación iniciada en entre 1998 – 2003, buscando la construcción de la historia de los cacique, indios y mestizos de Arequipa del transito de la colonia a la república, originó datos que al sistematizarlos, nos a dado motivo a presentarlos, con el criterio de originar debate dentro del contexto de la historia local o la microhistoria de Arequipa, de esa forma promover la investigación entre los interesados por la historia local y cultural arequipeña, afán que persigue el presente artículo.

CAYMA COLONIAL

El establecimiento de los españoles con políticas de dominación la hicieron con la aplicación de las reducciones y encomiendas, es decir, las reducciones fue un mecanismo de reubicación de los pueblos originarios en espacios diferentes a fin de ser controlados por las autoridades coloniales; con las encomiendas y reducciones, encomendaron a los naturales u originarios a un Corregidor para velar por el bienestar y comodidad de los indígenas, sin embargo, a los originarios los dejaron en el más cruel abandono, las encomiendas sirvieron para hacer del originario un siervo sin derecho a la vida, a partir de ella y por medio de los caciques u autoridades los sacaron para que cumplan las jornadas laborales a través de la mita minera y obrajera, elementos destructores de la vida humana indígena.

Los naturales de Cayma fueron encomendados a Juan de San Juan, a la encomienda la denominaron San Miguel, ratificada por el Virrey Francisco de Toledo, en 1571, la población caymeña originaria llegó a 3000 habitantes, al mando de tres caciques: Alpaca, Chiri y Chalcotupac.

A la Ermita primero y después la Parroquia San Miguel Arcángel, encargaron a párrocos y curas desde el siglo XVII y XVIII, entre ellos don Juan Domingo Zamácola y Jáuregui; cumplieron la labor de evangelizadores, ejecutadores de la conversión a la religión cristiana y católica.

A los naturales les asignaron tierras comunales hasta 190 topos distribuidas por los caciques del lugar, para facilitar el pago de los tributos semestrales de siete pesos y medio. El virreinato instaló el cabildo de naturales, que tenían las funciones de justicia de menor cuantía y de prestación de servicios comunales, siendo la primera autoridad del Cabildo de Naturales de Cayma el encomendero Lic. Gómez Hernández.

La encomienda de San Miguel de Cayma, pasó a ser el Distrito tradicional de Cayma en el periodo republicano hasta la actualidad. La población agraria, alfarera, artesana, tejedores, agricultores, talladores de sillar con sus tradiciones convirtieron la religiosidad andina en cristiana, en la transición religiosa de adoración la representa la virgen de la Candelaria, ubicada en la Iglesia San Miguel Arcángel, terminada la edificación en 1730, en la hornacina especial la ubicaron a la Virgen.

En la sintetización de la evangelización, juega rol exclusivo la escuela primera, destinada a los naturales o indios y españoles y la cárcel construida con la dirección de Don Domingo Zamácola y Jáuregui. Los materiales básicos, el sillar de las canteras de Añasguayco, para finales del siglo XVIII es representativo, por ello las viviendas no todas fueron de sillar, sino de piedra con techos de paja y teja de acuerdo a las condiciones económicas de sus pobladores.

Zamácola para la demarcación o linderos de los pueblos de Cayma y Yanahuara acudió al Virrey. Al no escucharlo, apeló al Concejo de Indias o su Majestad Carlos V, pero designó la Virgen de la Candelaria para la adoración de la población de Cayma como elemento de mediación.

Es de resaltar que la población indígena de Cayma después de la creación de la escuela, empezó a tener contacto con la de españoles, compartieron las costumbres y vida cotidiana, es decir, las brechas entre la población de la república de Indios y la de españoles tomaron relación y lazo en el proceso productivo, incidiendo en la vida familiar, cambiando así el modo de vida del poblador caymeño en su conjunto, esta evidencia queda establecida cuando al Cacique Alpaca le permitieran edificar tienda en la Plaza Principal.

Así mismo, al tratar de dar significado al término “Cayma” en proceso la relacionan con la palabra exclamativa ¡Caimán¡ surgió cuando la imagen de la Virgen de la Candelaria era traslada de la capital del Imperio Incaico el Cuzco, por mandato del Rey Carlos V, al pasar por esta zona la expresión ¡Cayman¡ fue dicha por la Virgen, que quería decir “acá” para los naturales, comprendieron que la Virgen quería quedarse en ese lugar, denominado ahora Cayma. Para otros Historiadores Cayma se traduce “esto Sí”, y para otros “lugar desabrido” o “este es” .

Otra interpretación, resalta: la Virgen al escoger como su morada Cayma dijo “Caimanta Qanqui llau” significa ¡quedaos aquí¡ cuando hacía su paso al Cuzco después del desembarco en el puerto de Quilca. Esta venerada imagen de madera tallada mide un metro diecisiete centímetro fue traída de España en el siglo XVI y constituye una obra maestra de escultura, obsequio del emperador Carlos V, ante la veneración creciente por sus grandes favores al pueblo de Cayma, fue coronada conónicamente .

Bueno los santos y las vírgenes del periodo colonial unos fueron traídos de España y otros confeccionadas(os) por los artistas artesanos del Perú o Arequipa, para la adoración de las mayorías sociales, al estar en la zona se organizaron leyendas y mitos, en función a la adoración y milagros que les atribuyeron a las imágenes, en la apreciación de la significación y procedencia del termino Cayma tiene esas explicaciones, sin embargo, en la lingüística, no es especifica tal procedencia o composición silábica.

Para Carmen Alto, se tiene datos del periodo colonial, los españoles establecidos con la distribución de tierras y sus habitantes fue entregado a Juan de San Juan como la encomienda de San Miguel, entre 1670 – 1700, los encomenderos con expresión y práctica religiosa incuestionable hicieron traer la Virgen del Carmen por Puquina – Moquegua hecho que se atribuye a la esposa de Juan de San Juan, y el nombre del pueblo es tomado de la imagen.

El agregado del “ALTO” debido a su ubicación, sobre un promuntorio que se eleva sobre las chacras, el nombre del pueblo es un reconocimiento a su patrona la Virgen del Carmen. Poblado por personas pobres y sencillas que prestaron servicios a los encomenderos como peones, camayos, mayordomos y cuidantes. Cultivando su cultura entre tradiciones, costumbres, festividades religiosas, con su propia idiosincrasia, especialmente la virgen del Carmen, Jesús Nazareno, San Isidro .

Corregimientos y Repartimientos en Cayma.

Desde 1567 que organizan los corregimientos perteneció al corregimiento de Characato y Vitor, luego se desprendió de tal administración por autorización de las autoridades virreinales y formó parte de la administración del corregimiento de la provincia de Arequipa.

en lo referente a la arquitectura civil y religiosa de Cayma colonial, tiene particularidades especiales: la Portada de Iglesia de Cayma denominado Frontispicio, representa las portadas de la iglesia rural tiene características específicas de la escuela arequipeña en la arquitectura, sin decoraciones en el fuste de las columnas, Wethey agregar que la portada fue erigida en 1719 labrada y confeccionada en el lugar . La portada es de una sola calle, presenta dos columnas apareadas por cada eje de soportes, los pedestales de pilastras con el frente ornamentado flanquean el espacio del segundo cuerpo. También hay un arqueamiento interno dentro de la entrecalle superior, pues la hornacina central supera la altura de los tableros con los santos tallados y en alguna manera invade el espacio que correspondería al frontón, pero puesto que no está marcada la división interna entre el segundo cuerpo y el frontón, este arqueamiento permanece enclaustrado entre la entre calle superior al entablamento.

La puerta principal mira a la ciudad y al naciente sol, su frontispicio fue hecho con arte, es de orden corintio con cuatro columnas proporcionales dos en cada lado, delante de pilastras con sus correspondientes bases, arquitrabes, capiteles y cornisas, su estilo utilizado es el barroco así lo refleja el frontispicio.

Las torres terminan en forma piramidal. En la primera está colocada la campana grande, en la segunda cuatro campanas menores las que merecen una atención especial, la más pequeña de peso aproximado de tres arrobas. Las torres están estribadas con dos galerías de 14 varas cada una y arcos de piedra labrada sobre terraplenes, de cuatro varas desde el plano del suelo. Los elementos mencionados le dan forma a la arquitectura religiosa de la Iglesia, de piedra labrada y cubierta de bóveda de cañón, con la cúpula de media naranja, con sus correspondientes adornos de pirámides donde se aprecia, en el techo las inscripciones o escudos de la orden mariana y el escudo de España y Vizcaya.

En resumen, la arquitectura civil y religiosa tuvo influencia del renacentismo por los estilos barrocos y corintios, es decir las columnas y arcos tienen tales características. Alcanza su mayor esplendor a finales del siglo XVII y el siglo XVIII en que florecen los palacios y casonas representativas de Cayma, las casonas muestran características en la construcción de una solo planta con patios en su interior, con macizos muros, crujías estrechas y elevadas cubiertas de bóvedas construidas en sillar, con zaguán de ingreso a un amplio patio carente de galerías y sus frentes concebidos con fachadas, con puertas y ventanas tan decorados a veces como las fachadas de la calle. Los muros se prolongan ocultando las bóvedas, recortándose su borde libre al cielo o rematándose a lo más con una simple moldura. Unas Gárbolas por lo general zoomorfas, viertan el agua al patio o al exterior en tiempos de lluvia. La puerta de ingreso y las ventanas ofrecen espacio a la fantasía decorativa, las Jambas de estas se prolongan hacia arriba, conteniendo un paño de ornamentación. Un segundo zaguán, pequeño da ingreso a un segundo patio y un tercero a la huerta y galpones.

Los arcos, presentandos en la estructura de la plaza principal de Cayma, llegan a cuatro dan armonía y estilo colonial, dan acceso a las diferentes calles del pueblo, que convergen a la plaza. Cuatro arcos de piedra labrada dan cuatro entradas de la plaza, costeados y construidos por Zamácola y Jáuregui y el último que da a la calle de los Arces construido por Don Lorenzo de la Cruz. Los arcos a medio punto fueron destruidos por los terremotos de 1958 y 60, de manera que la reconstrucción sufrió modificación en el termino del arco (la construcción es recta en el terminal) .

Religiosidad Colonial Caymeña.

La acumulación de una cultura de la religiosidad vinculó el pensamiento mítico religioso de los originarios con los europeos, uniendo lazos religiosos y de parentesco, se encuentra en diversos pueblos las religiones y puntos locales de las aldeas y espacios urbanizados, se encuentra en la antigüedad del pueblo caymeño, tuvieron sus divinidades locales de su religión y culto, en el pueblo de Cayma de la población un 99 % profesa la religión católica, bajo el signo de la cristianidad porque su catolicismo lo adquirió por herencia y los siguen conservando por convicción, cuando se les pregunta lo que piensa de Dios responden, “Dios es un ser supremo del cielo y la tierra que difunde paz entre los humanos, rezó por que el poblador caymeño realizó sus fiestas religiosas” .

La religiosidad cristiana fue orientada en su primera etapa por los párrocos Fray Luís Hurtado de Mendoza de la Orden del Convento de Santo Domingo, alcanzaría la dignidad de Maestro, un cura de lucha por la vida de los naturales de Cayma, a su muerte en 1777 quedó como Párroco Don Juan Domingo Zamácola y Jáuregui, hombre de ciencias y letras. Nació en las montañas de DINA España, sus padres fueron Don Santiago de Zamácola y doña María de Jáuregui, señores de la casa solariega. Hizo su estudio en Vizcaya perteneciendo a la Real Sociedad Vascongada apenas fuera ordenado el sacerdote y obtuviera el título de Bachiller en Teología, pero tomo rumbo al continente americano. Llegó al Perú en 1777 con 32 años, desde su llegada se hizo cargo de la doctrina de Cayma. Al morir el párroco Fray Luis Hurtado de Mendoza, Zamácola tomaba los destinos espirituales de los naturales de Cayma.

La población de Cayma con indiferencia vio a los españoles, la plaza de armas fue un páramo de chilcas y materiales diversos, comenzó atraerlos con incentivos y donaciones, comenzaron a edificar y cuadrar la plaza y las viviendas, les dio un ordenamiento a la usanza occidental urbana, hizo construir la escuela de naturales y españoles, prohibió el cobro de tributos a los indígenas y la construcción de tumbas en las iglesias, formentó las construcciones de sillar de las canteras de Añashuayco, por la consistencia del material y la maleabilidad en el tallado, amplió la edificación de casas del cabildo y salas de autoridades, con el anhelo de cristianizar y buscar la comprensión entre la república de indios y de españoles e ir cada vez cortando la brecha generada por el abuso y maltrato contra la población nativa, además de integrarlos al trabajo y educación.

Después de la ardua labor en el pueblo caymeño fue cambiado a la parroquia de Socabaya, fundó el pueblo de San Fernando de Socabaya. En 1823 muerto Zamácola, en su lugar quedó el párroco Rdo. Erasmo Hinojosa quien fue el artífice de la coronación de la Virgen de la Candelaria de Cayma, acto de mayor trascendencia en Arequipa en el aspecto religioso.

La religiosidad de la población caymeña del periodo colonial, se establece desde la fundación de los recintos para su práctica, el complejo religioso colonial caymeño representó en un comienzo un lugar modesto de paredes piedra, barro, con techos de paja a dos aguas formó la Primera Ermita de Cayma con la puesta de la primera piedra el 2 de agosto de 1544, en el lugar de Larilari, en el actual cementerio del Carmen, por los padres Dominicos que llegaron a Cayma en 1539, siendo destruida por el terremoto del 22 de enero de 1582.

De la construcción sólo quedó una campana con inscripciones del fundidor cuyo texto “Ave María Gratia Plena 1582” significa acción de gracias a la Virgen, se encuentra actualmente en el museo de la Parroquia de Cayma .

En el año de 1586 la Ermita de Cayma es elevada a Vice – Parroquia, nuevamente construida con mayor amplitud y consistencia, sin embargo no dejó de ser destruida por los terremotos del siglo XVII y XVIII. Producto de las destrucciones el Padre Manuel Gamio Equea, contrató los servicios del Alarife Arquitecto Antonio Pérez del Cuadro, inició la reconstrucción en 1719, quedó concluida en febrero de 1730, reubicada y edificada en el solar de la familia Laguna, las limosnas y donaciones formaron parte del presupuesto para la ejecución y término de la obra.

Las técnicas empleadas para darle consistencia a la construcción se usó la cal y el canto (agregados) y las cáscaras de huevo, le dieron la forma de la nave central con techo de bóveda cilíndrica o de media naranja y una torre, así como su fachada principal consta de líneas sencillas y sin tallar, el altar mayor fue el retablo tallado en cedro y dorado, de tres cuerpo y se le puso por nombre Arcángel San Miguel, lo consideraron como patrón del pueblo. Para 1739 se construyó la casa cural, el corredor, patio, y comedor de Bolivar .

Sin embargo, para 1778 pasó a ser parroquia de San Miguel de Cayma, por tanto los dominicos dejaron la administración de la Ermita, porque en su lugar nombraron a Juan Domingo Zamácola y Jáuregui el 14 de octubre de 1778 inició su administración , después del terremoto de 13 mayo de 1784 contrató los servicios del arquitecto italiano Carlos Avanchini, le diera la armonía y decorado del periodo renacentista barroco a la arquitectura de la iglesia terminándola de construir en 1805.

La arquitectura urbana del periodo colonial de Cayma, muestra las evidencias de la distribución de los espacios geográficos urbano en cuadriláteros denominadas manzanas con una plaza principal al centro, entre los cuadriláteros fueron destinados: una para la iglesia principal, al frente para el cabildo, la de los laterales para las autoridades y personajes principales o encomenderos aquellos que contribuyeron a la conquista y destrucción de la cultura andina.

La arquitectura caymeña la dividimos en la arquitectura eclesiástica y arquitectura civil. La eclesiástica se diferencia porque desde la distribución en repartimiento y encomiendas a los indígenas los hicieron construir las parroquias con material sólido llámese el sillar, emplearon la cal y arena o calicanto para la edificación. En la arquitectura civil se diferencia de la eclesiástica, por que en ella emplearon de la piedra y el sillar indistintamente, la arquitectura civil es característica las grabaciones de escudos de armas, estandartes, monogramas religiosos, entre otros signos, arcos, pontezuelas, con ellos dieron especial acabado, en la actualidad se aprecia la casa del Cacique Alpaca y los portales en la vía de acceso principal y sobre todo la Iglesia de Cayma.

La Iglesia de Cayma denominada Iglesia de San Miguel Arcángel de Cayma, recinto destruido repetidas veces por los terremotos, terminada de reconstruir después del terremoto de 1784. La evidencia de anteriores años se nota en la campana que conserva una inscripción “Ave María – Gracia Plena – 1582”. En la construcción se aprecia el estilo barroco mestizo del siglo XVIII con planta de cruz griega, fuera planeada por el arquitecto Antonio Pérez del Cuadrado en 1719, con una sola nave. Sin embargo el párroco Juan Domingo Zamácola y Jáuregui hizo ampliar las naves laterales y construir la casa cural.

El atrio del templo está decorado con ocho columnas, con florones circulares adornados con tallas en alto relieve de hojas. La portada de dos cuerpos, en el primero se aprecia la abertura central con arco de medio punto, grabaciones de rosetas y las jambas con follajes, racimos de uvas y flores, en el eje del arco hay un rostro de ángel; a cada costado de la puerta hay un par de columnas pareadas de estilo corintio sobre un monograma que representa una corona, las columnas pareadas con capiteles de tipo corintio, recargado sobre los catipetes donde descansa el entablamento.

En la enjuta de la derecha se tiene una flor convertida en rostro y adorna la enjuta. Con motivos decorativos en la zamba con una flolajería y rosetones hasta la imposta para entrar a la archivolta con rosetones, la otra enjuta del lado izquierdo una flor convertida en rostro, hasta encontramos con dos columnas con dos indígenas que llevan ofrendas entre sus manos, en la base de la columna un monograma de Jesucristo.

Tales columnas decoradas en su tercio inferior con mujeres de posición frontal de brazos levantados que llevan una canasta con hojas. El entablamento divide la portada y da paso al segundo cuerpo, en el entablamento se encuentra con follajería, con dos cornisas muy iluminadas; los elementos decorados con follajería y el atlante sosteniendo la ménsula que forma la base de la Virgen de la Candelaria, es interrumpido en la parte central con una ménsula en la que descansa la escultura de la Virgen de la Candelaria tallada en sillar, entre sus brazos lleva en la izquierda una alumbre y en la derecha un niño que lleva al templo, bajo de la ménsula y en actitud de sostenerla se aprecia un niño desnudo.

La hornacina venerada, representa en una concha las separaciones con hojas le da, una especial luminocidad al interior del templo, al término o base de la concha una abundante follajería. A la izquierda de la hornacina se contempla la figura de San Francisco de Asís dentro de una portada y a la derecha Santo Domingo en una portada también, sobre la hornacina el monograma de María en su entorno con follajería y termina en una racimo de uvas; luego nos ubicamos en los estribos que esta sobre las columnas pareadas están a los lados de la hornacina. Los estribos terminan en cornisas con una follajería en forma piramidal a la derecha después de las cornisas termina en una forma piramidal

En la parte central del segundo cuerpo se aprecia una hornacina decorada con motivos de follajería a su costado hay dos santos gravados en alto relieve San Francisco de Asís y Santo Domingo. Sobre la hornacina se abre el tímpano delimitado por dos cornisas a cada lado tubulares termina en roleos curvo y abierto que se rompe en la parte central en donde se observa un monograma, rematado en todo el frontis y sobre él se encuentra una cruz finamente tallada, representaciones de estrella o rosetones y racimos de uvas al costado. Las dos torres o campanarios de forma cuadrada rematada en cúpula y encima una torrecilla, las torres en cada una de las esquinas muestran adornos en forma piramidal.

Los mascarones de perfil representa a un orejón con un arete, insinúa que de sus labios salen ramas, se proyectan para dar forma a un corazón con tres simbólicos clavos de la crucifixión de Cristo, con follajería en medio se ubica pequeñas flores. En la labra del lado izquierdo un mascaron casi de frente el orejón; en la imposta las enjutas al centro la clave como querubín con sus decoración de plumas junto a rosetones y follajería; un querubín en el dintel de la puerta de ingreso, con dos rosetones a sus lados con brazos cruzados a los lados dos Ángeles en posesión de rezo.

El muro de base del cubo de los campanarios de las torres limpio de decoración con un óculo, entonces los muros del campanario no fueron utilizados para las decoraciones arquitectónicas del recinto.

En el interior del templo muestra tres naves con bóveda de cañón, los arcos bajones que forman la bóveda de cañón están decorados de ménsulas con cornisas, son tres arcos bajones que pasan la bóveda de cañón, en el techo representan los escudos de armas de los arequipeños y representaciones eclesiásticas y el escudo vasco motivado de Zamácola y Jáuregui. La cúpula del altar mayor es abovedada y al centro una claraboya pequeña, las paredes de las naves laterales están decoradas con cuadros de pintores de las escuelas cuzqueña y arequipeña. Destacan una composición de doce cuadros colocados en la entrada del templo, elaborados por Jacinto Carvajal en el año 1790, bajo la orden de Zamácola y Jáuregui, mostrando diferentes milagros atribuidos a la Virgen de la Candelaria, esto para fomentar el culto.

Otra característica del monumento arquitectónico, el primer patio pequeño, con arcos de medio punto a un costado se halla la escalera de sillar que conducen a las torres y también una cruz de madera, “cruz vestida”. En su interior se mantiene la estructura del denominado “Comedor de Bolivar”, con techo a media agua, el mobiliario de madera y cuadro de pintura con escenas arequipeñas. La casa cural es utilizada para la administración de la Iglesia (la evolución de las estructuras por el proceso de reconstrucción, restauración después de los terremotos y por el natural proceso de envejecimiento son indistintamente diferentes pero que el discurso de la imagen que guarda la Iglesia es permanente y refleja la evolución histórica).

Influencia de Juan Domingo Zamácola y Jáuregui en el Pensamiento Caymeño

Sin duda podemos aseverar que Juan Domingo Zamácola y Jáuregui, es sinónimo de Cayma, están íntimamente ligados al desarrollo y progreso, lo que es más al cambio de mentalidad generado por las libertades dispuestas por el mencionado prelado, el nacimiento de Juan Domingo se fija para el año 1745 en la montaña de Vizcaya de la región Vascongada. La personalidad desplegada tuvo fortalecimiento con la educación desarrollada en Valladolid en la etapa de niñez y juventud.

Los escritos sobre Domingo Zamácola y Jáuregui, tienen variación después de haber cogido los hábitos de sacerdote, el nombre original de Juan Domingo, está especificado en la partida de nacimiento que se encuentra en los archivos de la Parroquia de Cayma con la denominación de Juan Domingo Iza Ocerín, al consagrase recibió los nombres apellidos maternos de sus padres fijado el nombre eclesiástico de Juan Domingo Zamácola y Jáuregui .

Al hacerse cargo de la parroquia de Cayma, fundó la primera escuela de Arequipa en el Distrito de Cayma para niños pobres y abandonados, en aquella escuela acudieron los hijos de caciques Alpaca de Cayma y Condorpusa de Yanahuara, incluyendo algunos hijos de criollos y mestizos, ello provocó polémica en las aristocracias caymeñas, porque hasta entonces la república de indios y de españoles vivió polarizada, concepción que fue cambiando por la influencia educativa difundida por Juan Domingo.

La vida moral y espiritual lo condujo a regularizar las prácticas piadosas, dispuso en los días jueves, los actos litúrgicos sean expuestos, suprimió los pagos por bautismos, y la práctica abusiva, que no tenían correlato con los escritos católicos. Entregó esfuerzo por la construcción de las torres de la Iglesia que hermosean el frontispicio y cuidó del decoro de la iglesia, pero después del terremoto que destruyó lo construido, inicio nuevamente la reconstrucción, con arreglos en el ensanche de la nave y construyó las naves laterales, junto a las torres y la casa parroquial, el tiempo de reconstrucción llegó a los dos años . No dejó de lado el recinto para los fallecidos, es decir, después de las prohibiciones de hacer enterramiento en la Iglesia, inició la construcción del cementerio del Carmen, con una Capilla, destruida por los terremotos posteriores.

En el espacio urbano arreglo la distribución de las viviendas de los criollos e indígenas encabezando primeramente los Caciques Alpaca, quedaron establecidos en la plaza principal. Para evitar el expendio de productos a la intemperie, establecieron ordenanzas para abrir tiendas de comercialización al entorno de la plaza, apertura nuevas calles.

La reubicación de lagunas, prácticas artesanales o industrias rudimentarias como los tejedores, plateros, zapateros, curtidores, surtidores de flores, fueron a la calle de los Arces. Logró el mejoramiento de la producción de los plateros y de producción de metales, denunció la mina de Charcani que explotaron plata, cobre, oro y otros metales de los Cerros y quebradas de Yura y Socabaya . Para las mujeres la reubicación estratégica las llevó a la producción de tejos, de guantes, medias finas, calcetas, birretes, ponchos, telares y de uso personal.

Otra de las obras de realce para el desarrollo de Cayma de las últimas décadas del siglo XVIII fue la construcción de cárcel pública o Casa de Reformatorio, la construcción del Cabildo para la correcta administración del pueblo en ello cumplieron un rol importante los alcaldes.

Para la historia local y regional dio apuntes para la historia de Arequipa, posteriormente publicados, es decir el pionero de la historia local y regional. Con Zamácola y Jáuregui se inicia una etapa liberal de pensamiento, y contribuye ha reformar la iglesia Arequipeña desde el Obispado con José Antonio Chávez de la Rosa, es decir, el pensamiento de la iglesia renacentista, se basa en la defensa de los derechos humanos, empezó en la reforma, una carrera de humanización traducido a través del adoctrinamiento y evangelización con la supresión las prácticas abusivas y deshumanizantes, políticas puestas en practica desde la iglesia y la escuela, la conducción de tales reformas fue personal, él mismo hizo de preceptor en la escuela de Cayma. El lema para Zamácola “en cada escuela veo un templo y en cada maestro un sacerdote”, “la instrucción del pueblo es la ley suprema del progreso”. Con esta letra escrita reafirma su apreciación, de llegar al pueblo de Cayma encontró la ignorancia generalizada, es decir el analfabetismo de criollos, mestizos e indios fue general y hasta las autoridades carecían de lectura y escritura, para la administración de justicia no hicieron de acuerdo a los dispositivos legales, sino a soluciones altamente personales, la ignorancia de los códigos de justicia los llevó a cometer grandes abusos.

Las reformas emprendidas en Cayma fueron rápidamente aceptadas por la población mayoritaria, pero los mistis hicieron resistencia cuando Domingo Zamácola dio ordenanza de prohibición de cobro de tributo, la protesta se hizo sentir hasta provocar el cambio de párroco, el Obispo Chávez de la Rosa le asignó nuevas funciones en la Parroquia de San Fernando de Socabaya, desde allí se trasladó a su querido pueblo de Cayma sin que nadie pudiese impedírselo.

En Socabaya entre 1797 – 1799 inicia con la elaboración de los planos urbanos para la mejor distribución de las viviendas y de la parroquia, hace una total organización del presupuesto con una adecuada planificación, dedicándose a vigilar y dirigir personalmente de la obra, quedó concluida después de dos años , sin abandonar las labores cotidianas del curato de Cayma.

El Obispo Chávez de la Rosa, observador y testigo presencial de la labor desplegada de Domingo Zamácola, decide nombrarlo secretario de la Visita Diocesana del Prelado de Arequipa, donde Zamácola hace un estudio minucioso del clima, las costumbres, las industrias, las acciones religiosas y las producciones de cada uno de los pueblos visitados por la Diócesis de Arequipa.

La concepción de protector de los necesitados, hizo de la verdad, la justicia, libertad postulados inquebrantables, tales cualidades demostradas entre las poblaciones, hizo que el ayuntamiento recurra a él en busca de asesoramiento y determinar dictámenes certeros a los casos conflictivos presentados en las instituciones de administración del Cabildo y de justicia.

Por tanto, los cambios no se hicieron esperar, las mejoras provocadas, Zamácola desde el acopio y repartimiento del abono de isla para la agricultura, de la adopción de medida que protegieron al nativo; la persecución de vagos y malhechores, después de una seria investigación puestos a la cárcel pública, ordenó se mantenga la limpieza de la ciudad, aquellos individuos quebrantadores de la ley los hizo barrer la plaza y calles aledañas de acuerdo a la gravedad del delito; veló por el buen estado de los caminos, puentes, acequias, estanques; se ocupó de la reglamentación del toque de campas para la celebración de los actos litúrgicos; redujo el número de abogados para evitar los pleitos interminables. Propuso al Consejo de Indias medidas que pongan fin a las desigualdades entre obispos, intendentes y Cabildo.

Los escritos de Zamácola expresan ideas sólidas del pensamiento renacentista de finales del siglo XVIII, quedaron plasmadas sus ideas en: “Derrotero de Buenos Aires”, “Revolución de Tupac Amaru”, “Historia del Terremoto del 13 de Mayo de 1784”, “Historia de Nuestra Señora de Cayma”, “Representaciones de los Virreyes del Perú e Intendentes de Arequipa para el Mejor Arreglo y Policía del Pueblo de Cayma”, “Historia de la ciudad de Arequipa”, “Fundación del Nuevo Pueblo de Socabaya y un Templo y Casa Parroquial”, “Erección de la Iglesia Catedral de Arequipa y Datos Biográficos de sus Señores Obispos que han Regido hasta el Gobierno del Obispo Goyeneche” , “Apuntes Para la historia de Arequipa”

La entrega total al apostolado después de 46 años dejo un vacío que no fue ocupado por otros personajes a la dimensión Zamácola, falleció un 27 de mayo 1823 después de cumplir 78 años, como buen caymeño el deseo se cumplió después de ser enterrado en la Parroquia de San Miguel Arcángel de Cayma al pie del Altar de Cristo, en la nave derecha y cubierto su sepulcro con una placa que a la letra dice “Homenaje del pueblo de Cayma al que fue su Benemérito Párroco, Br. Don Juan Domingo Zamácola en el Centenario de su muerte, 27 de mayo de 1923” .

Las dos últimas partes están en proceso de sistematización completa, son datos generales.

Arequipa, enero 2003

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